¿Te sientes abrumado cada vez que ves una pila de platos, polvo en las estanterías o ropa amontonada en una silla? ¿Te gustaría mantener tu hogar limpio sin invertir horas cada semana? Si la respuesta es sí, necesitas una rutina de limpieza semanal simple, eficiente y, sobre todo, sostenible en el tiempo. El secreto está en la organización: dividir tareas, crear hábitos y aprovechar los pocos minutos libres que tienes al día. Con el método que te presentamos a continuación, podrás mantener tu casa ordenada dedicando menos de 20 minutos diarios.
Este sistema no solo optimiza tu tiempo, sino que también mejora tu bienestar, reduce el estrés y hace que el hogar sea un espacio más acogedor. Acompáñanos en esta guía paso a paso para crear una rutina de limpieza personalizada y eficaz.
¿Por qué crear una rutina de limpieza?
Antes de entrar en detalles, es importante comprender el valor de establecer una rutina de limpieza semanal:
- Evita acumulaciones que después requieren más esfuerzo.
- Reduce la ansiedad que produce el desorden visual.
- Facilita la participación de otros miembros del hogar.
- Mejora la higiene y previene enfermedades.
Una buena rutina convierte el mantenimiento del hogar en una serie de gestos diarios automatizados, lo que ahorra tiempo y energía mental. Según estudios sobre el bienestar en el hogar, el orden tiene un efecto directo sobre el estado de ánimo, la concentración y la calidad del sueño.
Paso 1: Evalúa tu hogar y tus necesidades
Antes de comenzar a organizar tu rutina de limpieza semanal, es fundamental observar con atención tu entorno y comprender las particularidades de tu hogar. Esta evaluación inicial será la base sobre la que diseñarás un plan realista, eficiente y adaptado a tu estilo de vida.
Observa con objetividad tu casa
Dedica unos minutos a recorrer tu vivienda, libreta en mano, y responde estas preguntas clave:
- ¿Cuántos ambientes tiene tu casa? Haz un inventario de las estancias: cocina, baño(s), sala de estar, comedor, dormitorios, pasillos, balcón, lavadero, despensa, garaje, terraza, etc. Cada espacio requerirá una atención diferente.
- ¿Qué zonas se ensucian más rápido o tienden al desorden? Observa si hay lugares donde se acumulan cosas, como la entrada (zapatos, bolsos), el comedor (papeles, objetos), o si la cocina se llena de grasa con frecuencia. Esta información te permitirá priorizar.
- ¿Quién vive en casa? La dinámica varía si vives solo, en pareja, con niños pequeños, adolescentes, adultos mayores o mascotas. A mayor movimiento, mayor será el nivel de suciedad, desgaste y necesidad de mantenimiento.
- ¿Cuál es tu nivel de exigencia personal? Hay personas que no soportan ver una mota de polvo, y otras que son más permisivas con el desorden cotidiano. Sé honesto contigo mismo para que la rutina no se convierta en una carga mental.
- ¿Tienes alguna limitación de tiempo, movilidad o salud? Si tu agenda está muy apretada o tienes problemas físicos, deberás ajustar expectativas y centrarte en lo esencial. La clave es la sostenibilidad del hábito, no la perfección.
Crea un mapa de zonas y prioridades
Haz una lista con todas las áreas de tu hogar y clasifícalas según dos criterios:
- Nivel de uso diario:
- Muy frecuente: cocina, baño, salón, pasillos.
- Intermedio: dormitorios, comedor.
- Ocasional: trastero, terraza, garaje.
- Tipo de mantenimiento necesario:
- Diario: tareas imprescindibles como barrer la cocina, ventilar habitaciones o limpiar el inodoro.
- Semanal: tareas importantes pero no urgentes, como quitar el polvo, aspirar alfombras o cambiar sábanas.
- Mensual: tareas más profundas o específicas, como limpiar ventanas, lavar cortinas o desinfectar el cubo de basura.
Puedes usar una tabla o un código de colores para identificar visualmente las tareas prioritarias. Esto te permitirá planificar con lógica y distribuir las tareas a lo largo de la semana de forma equilibrada.
Un ejemplo práctico de evaluación
Imagina que vives en un piso de 70 m² con cocina, baño, salón-comedor, dos dormitorios y un pequeño balcón. Vives con tu pareja y un perro.
Tu análisis podría ser el siguiente:
| Zona |
Frecuencia de uso |
Necesidades principales |
Frecuencia sugerida |
| Cocina | Alta | Limpiar encimeras, grasa, suelo | Diario |
| Baño | Alta | Inodoro, lavabo, espejo, ducha | Diario/Semanal |
| Salón-comedor | Alta | Orden general, polvo, aspirado | Semanal |
| Dormitorio 1 | Media | Cambiar sábanas, barrer, organizar | Semanal |
| Dormitorio 2 | Baja | Orden, polvo | Cada 10-15 días |
| Balcón | Baja | Barrer hojas, sacudir muebles | Mensual |
| Entrada | Alta | Limpiar alfombrilla, ordenar zapatos | Semanal |
| Mascota | Alta | Aspirar pelo, limpiar comedero | Diario |
El objetivo de esta primera etapa no es limpiar aún, sino entender tu espacio y anticiparte a sus necesidades. Esta evaluación inicial será la brújula que guiará el resto de tu planificación. Cuanto más ajustada esté a la realidad, más fácil será mantenerla en el tiempo.
Una buena rutina de limpieza no comienza con una escoba, sino con un papel, un bolígrafo… y un poco de observación.
Paso 2: Distribuye las tareas a lo largo de la semana
Una vez que hayas identificado las necesidades específicas de tu hogar, llega el momento de organizar las tareas en un calendario semanal. Este paso es clave para evitar acumulaciones, ahorrar tiempo y lograr que el mantenimiento del hogar se convierta en una rutina fluida y sin esfuerzo.
La idea central es sencilla pero poderosa: distribuir el trabajo para no sobrecargarte ningún día. Si tratas de limpiar todo el sábado, es probable que termines agotado o, peor aún, posponiendo las tareas. En cambio, si divides las actividades en pequeñas acciones diarias —de no más de 15 a 20 minutos—, la sensación de orden se mantiene constante sin que sientas que estás “limpiando todo el tiempo”.
Planificador semanal sugerido
A continuación, te presentamos una propuesta básica de distribución, pensada para hogares promedio. Puedes adaptarla según tu número de habitaciones, personas en casa y estilo de vida.
Lunes: Cocina

Comienza la semana por una de las zonas más utilizadas y que más rápido se ensucia.
Tareas sugeridas:
- Limpiar encimeras, vitrocerámica o fogones.
- Repasar el fregadero y el grifo.
- Barrer o pasar la mopa al suelo.
- Vaciar el cubo de basura y limpiar si es necesario.
- Revisión rápida del frigorífico (descartar restos).
Consejo adicional: Deja una bayeta a mano para limpiar pequeñas manchas mientras cocinas, y así reducirás el trabajo al final del día.
Martes: Baño

Un espacio esencial para la higiene y que requiere mantenimiento frecuente.
Tareas sugeridas:
- Limpiar lavabo, inodoro, espejo y grifos.
- Desinfectar superficies de contacto (tirador, interruptores).
- Cambiar las toallas y revisar los jabones.
- Vaciar papeleras o recipientes si los hay.
Consejo adicional: Guarda una esponja o paño bajo el lavabo con un spray multiuso para limpiezas rápidas entre semana.
Miércoles: Sala de estar

Mitad de semana: ideal para ordenar la zona de descanso y convivencia.
Tareas sugeridas:
- Quitar el polvo de estanterías, mesas y objetos decorativos.
- Aspirar alfombras o pasar la mopa.
- Ordenar mandos, revistas, cojines, mantas o juguetes.
- Ventilar bien el ambiente.
Consejo adicional: Ten una bandeja o caja decorativa para guardar objetos sueltos y evitar el desorden visual.
Jueves: Dormitorios

Es el día perfecto para dedicarle unos minutos a los espacios de descanso.
Tareas sugeridas:
- Ventilar bien al levantarte (al menos 10 minutos).
- Hacer la cama con atención.
- Cambiar la ropa de cama si toca.
- Recoger ropa fuera de lugar (en sillas, percheros, etc.).
- Limpiar superficies básicas: mesita de noche, cómoda, etc.
Consejo adicional: Acostúmbrate a ordenar la ropa cada noche antes de acostarte para evitar acumulaciones.
Viernes: Extras + Organización

El día para esas pequeñas tareas que no encajan en otro momento, pero marcan una gran diferencia.
Tareas sugeridas:
- Limpiar puertas, interruptores y marcos con un paño húmedo.
- Revisión rápida de ventanas pequeñas o espejos secundarios.
- Organizar un cajón, estante o rincón (¡elige uno por semana!).
- Clasificar correo o papeles.
Consejo adicional: Hazlo acompañado de música o un podcast: será más ameno y pasarán volando los 15-20 minutos.
Sábado: Repaso general exprés

Un pequeño mantenimiento para mantener todo bajo control hasta la semana siguiente.
Tareas sugeridas:
- Revisión visual rápida: ¿hay algo fuera de lugar?
- Aspirado ligero de zonas comunes.
- Paño húmedo por superficies más transitadas.
- Reposición de papel higiénico, servilletas, jabón, etc.
Consejo adicional: Puedes hacerlo por la mañana y dejar la casa lista para disfrutar el fin de semana.
Domingo: Descanso o flexibilidad

El domingo es tu espacio para recuperar energía… o hacer algo que te motive.
Opciones recomendadas:
- No hacer nada (¡y está bien!).
- Delegar tareas a otro miembro del hogar.
- Reorganizar un rincón con calma: un armario, una repisa, una maceta.
- Planificar la semana siguiente: hacer lista de compras, prever lavadoras, etc.
No conviertas el domingo en “el día perdido para limpiar”. Si lo usas, que sea para tareas que realmente te aporten orden mental o visual.
Con esta distribución, ningún día exige más de 20 minutos de esfuerzo real. Además, la constancia genera un efecto acumulativo positivo: al repetir tareas semanalmente, cada vez habrá menos suciedad o desorden que abordar. Con el tiempo, incluso algunas actividades dejarán de ser necesarias con tanta frecuencia.
Esta estructura flexible te permite adaptarte a tu ritmo de vida sin renunciar al orden ni a la comodidad. Recuerda: limpiar menos, pero más seguido, es mucho más efectivo que hacerlo todo de golpe.
Paso 3: Establece bloques diarios de menos de 20 minutos
Uno de los pilares de este método es mantener el orden dedicando menos de 20 minutos al día. Y la buena noticia es que no necesitas hacerlo todo de una vez. Dividir ese tiempo en dos bloques —por ejemplo, 10 minutos por la mañana y 10 por la tarde o noche— te permitirá mantener tu casa limpia sin sentir que estás sacrificando tu tiempo libre.
Más que una cuestión de esfuerzo, se trata de consistencia y estrategia. Una vez establecida la rutina, estas pequeñas acciones se volverán automáticas, como lavarse los dientes: casi sin darte cuenta, estarás manteniendo tu casa en orden día tras día.
¿Por qué 20 minutos?
Estudios sobre hábitos de limpieza y gestión del hogar demuestran que las personas que dedican al menos 15–20 minutos diarios a tareas domésticas ligeras logran mantener entornos ordenados sin necesidad de limpiezas intensas los fines de semana.
Veinte minutos bien invertidos:
- Evitan acumulaciones de polvo, grasa o desorden.
- Generan sensación de control y bienestar.
- Previenen el estrés de “tener que limpiar todo de golpe”.
¿Cómo dividir esos bloques?
A continuación, te damos una guía práctica para aprovechar esos dos momentos clave del día:
Bloque de la mañana (10 minutos)

Ideal para tareas que activan el ambiente y dan la sensación de orden desde temprano. Puedes realizarlo justo al despertar, mientras se hace el café o después del desayuno.
Tareas recomendadas:
- Ventilar las habitaciones (5–10 minutos cada una).
- Hacer las camas.
- Ordenar ropa suelta, zapatos y objetos fuera de lugar.
- Revisar y recoger la cocina tras el desayuno.
- Revisar si hay basura para sacar.
Consejo práctico: Usa un cronómetro si te cuesta concentrarte. ¡Verás lo mucho que puedes lograr en 10 minutos!
Bloque de la tarde o noche (10 minutos)

Este momento sirve para cerrar el día con orden y dejar el hogar listo para la mañana siguiente. Es especialmente útil si trabajas fuera o si tus mañanas son muy ajetreadas.
Tareas recomendadas:
- Repasar superficies que se hayan ensuciado durante el día (mesa, encimera, lavabo).
- Barrer zonas de alto tránsito si hay migas o tierra (cocina, pasillo).
- Recoger objetos del salón y poner cada cosa en su lugar.
- Dejar la cocina recogida después de cenar.
- Preparar la ropa del día siguiente o poner una lavadora programada.
Consejo práctico: Incluye estos minutos al final de tu rutina nocturna: justo antes de relajarte o ver una serie. Dejar el entorno ordenado favorece un descanso más reparador.
¿Y si tienes turnos rotativos, niños o días complicados?

La clave de este sistema es la flexibilidad. Puedes ajustar los bloques a tu realidad diaria:
- ¿Solo tienes 10 minutos al día? Haz un bloque único de mantenimiento exprés. Prioriza lo que más se ve o más se usa.
- ¿Tienes niños pequeños? Involúcralos en las tareas. Que cada uno recoja sus cosas o ayude a ordenar el salón.
- ¿Trabajas desde casa? Usa pausas activas para limpiar algo pequeño: 3 minutos después de una videollamada para doblar ropa o pasar un trapo.
Crea una rutina fija (y sostenible)

El mayor secreto no está en limpiar, sino en convertirlo en hábito. Cuando cada día haces pequeñas tareas, el esfuerzo no se nota, pero los resultados sí. En una semana, verás menos polvo. En dos semanas, tu casa estará más ordenada. En un mes, no recordarás cómo era vivir en el caos.
Recomendaciones para mantener la constancia:
- Asocia la tarea a un momento concreto del día (después del desayuno, antes de cenar).
- Usa recordatorios al principio: una nota en la nevera o una alarma en el móvil.
- Agradece los beneficios: un entorno ordenado mejora tu estado de ánimo, concentración y descanso.
Mantener la casa limpia no requiere maratones de limpieza ni sacrificios desmedidos. La clave está en la frecuencia, no en la intensidad. Dividir tus tareas en bloques breves, bien definidos, te permitirá lograr resultados visibles con el mínimo esfuerzo diario.
Recuerda: 20 minutos al día valen más que 4 horas el sábado.
Herramientas y productos que te ahorrarán tiempo
Uno de los grandes aliados de una rutina de limpieza eficiente es contar con las herramientas adecuadas. Tener a mano los productos necesarios, en buen estado y bien organizados, no solo reduce el tiempo de ejecución de cada tarea, sino que también evita frustraciones y retrabajos.
Piensa en esto: si para limpiar el baño necesitas buscar el trapo, el limpiador y los guantes por distintos cajones, perderás minutos valiosos antes incluso de empezar. En cambio, si tienes un kit listo y accesible, comenzarás de inmediato y terminarás más rápido.
Además, invertir en calidad es invertir en tiempo. Un buen paño limpia mejor, una buena fregona ahorra esfuerzo y una aspiradora eficiente puede hacer en 5 minutos lo que tú harías en 20.
Productos básicos (imprescindibles para el día a día)
Estos son los productos que deberías tener siempre disponibles en casa para cubrir el 90 % de las tareas domésticas:
- Paños de microfibra ideales para limpiar sin dejar pelusas. Sirven en superficies delicadas (madera, pantallas, acero inoxidable) y atrapan el polvo mejor que otros materiales. Lávalos con frecuencia para conservar su eficacia.
- Spray multisuperficie desinfectante útil para limpiar desde encimeras hasta mesas o picaportes. Elige fórmulas sin enjuague para agilizar el proceso.
- Limpiador para cristales permite mantener espejos, ventanas y pantallas libres de marcas. Algunos vienen en formato 2 en 1 (con paño incorporado o cabezal en spray).
- Detergente antibacteriano para el baño necesario para limpiar zonas con alto riesgo de gérmenes: inodoro, grifería, lavabo. Puedes optar por fórmulas en gel o espuma.
- Limpiador desengrasante perfecto para la cocina. Disuelve grasa acumulada en fogones, campanas, hornos y microondas.
- Ambientador o spray textil aporta frescura rápida al hogar, especialmente en sofás, cortinas o ropa de cama. Útil también si tienes mascotas.
Consejo extra: Guarda estos productos organizados en un solo lugar (por ejemplo, un carrito con ruedas o una cesta bajo el fregadero). Así podrás moverlos fácilmente de una estancia a otra.
Equipamiento recomendado (para limpiar más con menos esfuerzo)
Estas herramientas hacen que la limpieza sea más rápida, más cómoda y, en muchos casos, más efectiva:
- Aspiradora ligera o robot aspirador una aspiradora portátil y sin cable te permite limpiar en minutos migas, pelo de mascota o polvo. Si tienes suelos lisos, un robot aspirador programable puede mantenerlos impecables con cero esfuerzo.
- Cubo con pedal y fregona de microfibra giratoria el cubo con pedal evita que tengas que escurrir con la mano. La microfibra atrapa mejor la suciedad y requiere menos agua.
- Guantes reutilizables protegen tus manos de productos agresivos. Úsalos especialmente en cocina y baño. Prefiere los de látex sin polvo o de nitrilo (más resistentes).
- Cesto o caja para recoger objetos fuera de lugar tener un contenedor donde ir dejando lo que no va en su sitio acelera la fase de “orden exprés”. Al final, puedes redistribuir los objetos a sus lugares originales.
- Cepillo de mano o escoba pequeña ideal para repasar esquinas, zócalos, persianas o lugares de difícil acceso donde la aspiradora no llega.
- Plumero electrostático o de microfibra útil para quitar el polvo de forma rápida sin levantar partículas al aire. Algunos modelos permiten extenderse y llegar a zonas altas.
Herramientas opcionales (pero muy útiles)
Si deseas llevar tu rutina al siguiente nivel o tienes necesidades específicas, considera estas herramientas adicionales:
- Limpiador a vapor portátil: para desinfectar sin productos químicos.
- Spray antiempanante para espejos: evita que se empañen tras la ducha.
- Rodillo quitapelusas grande: muy útil para sofás y textiles con pelo de mascotas.
- Organizador de limpieza vertical: para tener todo colgado y a la vista detrás de una puerta o en un armario.
¿Qué tener siempre en stock?
Hazte un pequeño inventario y revísalo una vez al mes. Algunos productos que conviene reponer con frecuencia:
- Bolsas de basura.
- Pastillas para el WC.
- Rollos de papel de cocina o trapos reutilizables.
- Repuestos para la fregona o paños nuevos.
- Productos específicos según tu tipo de suelo (madera, cerámica, vinilo, etc.).
Un buen equipo no hace la limpieza por ti, pero sí la facilita enormemente. Elegir los productos y herramientas correctos te permite trabajar más rápido, con menos esfuerzo y mejores resultados.
Recuerda: el orden empieza también por tus productos de limpieza. Si todo está en su lugar, comenzar será fácil y terminar aún más.
Trucos para mantener el orden sin darte cuenta
Más allá de la limpieza, el orden juega un papel central. ¿De qué sirve tener el suelo brillante si hay ropa o papeles por todos lados? Aquí te dejamos algunos trucos que funcionan:
- La regla de los 2 minutos Si una tarea tarda menos de dos minutos, hazla en el momento.
- Cesto multiusos móvil Usa una cesta para recorrer la casa y devolver objetos a su sitio.
- Rutina de “cierre del día” Dedica 5 minutos cada noche a dejar el salón recogido.
- Un lugar para cada cosa Establece hogares fijos para llaves, correo, cargadores, etc.
- Deshazte de lo que no usas Una casa ordenada empieza por tener menos cosas.
El orden es la base de una limpieza rápida. Si todo está en su sitio, limpiar será cuestión de minutos.
Cómo adaptar esta rutina si tienes hijos, mascotas o poco tiempo
Una rutina de limpieza eficiente no debe ser rígida, sino realista y adaptable. Cada hogar es diferente y lo que funciona para una persona sola en un piso pequeño puede resultar inviable para una familia con tres niños, dos perros y poco tiempo libre.
La clave está en ajustar las estrategias a tu contexto personal sin renunciar a los beneficios del orden. A continuación, te ofrecemos recomendaciones prácticas para que este método funcione incluso en las situaciones más exigentes.
Si tienes hijos
Incluir a los niños en la rutina de limpieza no solo te ahorra tiempo, sino que también fomenta su responsabilidad, autonomía y sentido del orden. Por supuesto, todo dependerá de su edad, su nivel de madurez y tu paciencia (¡que también cuenta!).
Consejos por edades:
- De 2 a 4 años: guardar juguetes en una caja, tirar la basura al cubo, colocar su ropa sucia en el cesto.
- De 5 a 8 años: tender calcetines, limpiar superficies bajas, colocar la mesa o vaciar el lavavajillas.
- A partir de 9 años: aspirar, doblar ropa, ayudar a fregar, hacer su cama, colaborar en la limpieza del baño.
Hazlo divertido:
- Usa tablas de tareas con dibujos o colores.
- Convierte las tareas en juegos cronometrados: “¿quién guarda más juguetes en 2 minutos?”.
- Establece sistemas de recompensas no materiales: elegir la peli del viernes, escoger la cena, sumar puntos semanales.
Horarios visuales:
Crea un cartel semanal con sus tareas. Puedes usar imanes, pegatinas o incluso apps familiares que permiten marcar las tareas cumplidas (como OurHome o Tody).
Importante: No busques perfección. Enseñarles que ayudan y son parte del hogar es más valioso que si limpian “a la perfección”.
Si tienes mascotas
Convivir con animales implica amor, compañía… y sí, también pelo, olores, huellas y suciedad extra. Pero una buena rutina adaptada puede ayudarte a mantener el hogar limpio sin entrar en lucha constante.
Tareas clave:
- Aspirar o barrer más a menudo (especialmente si hay alfombras o tapizados).
- Lavar su cama, mantas o colchonetas cada 1–2 semanas.
- Limpiar comedero y bebedero a diario (se acumulan bacterias).
- Desinfectar suelos con productos aptos para mascotas.
Productos seguros:
Evita limpiadores con amoníaco, lejía concentrada o perfumes agresivos. Busca fórmulas con etiquetas como “pet-friendly”, “sin tóxicos” o “uso veterinario aprobado”.
Zona asignada:
Destina una zona específica para su descanso y objetos. Mantener sus cosas agrupadas (juguetes, correas, productos de higiene) facilita el control y la limpieza.
Consejo útil: Coloca un felpudo absorbente en la entrada si sacas a tu mascota con frecuencia. Así evitarás que entre con las patas sucias.
Si trabajas fuera o tienes poco tiempo
¿Sientes que no llegas a nada y que mantener la casa limpia es una batalla perdida? No estás solo. Muchas personas con jornadas laborales intensas, turnos rotativos o responsabilidades familiares necesitan un enfoque más estratégico.
Microtareas encajables:
- 5 minutos para hacer la cama antes de salir.
- 3 minutos para recoger el baño tras ducharte.
- 7 minutos para recoger la cocina mientras se calienta la cena.
- 5 minutos para doblar ropa mientras ves una serie.
Consejo extra: Crea una lista de “tareas rápidas” y tenla visible en la nevera. Así, cuando tengas 10 minutos libres, sabrás qué hacer sin pensarlo.
Apóyate en la tecnología:
- Usa alarmas o recordatorios para ciertas tareas (ej. “limpiar nevera los jueves”).
- Prueba aplicaciones de organización doméstica como Todoist, Sweepy o Tody.
- Programa electrodomésticos: lavadoras, robots aspiradores, difusores de aromas, etc.
Contrata ayuda puntual:
Si tu agenda no da más de sí, no es un fracaso pedir refuerzos. Un servicio de limpieza profesional una o dos veces al mes puede ser suficiente para mantener el equilibrio y evitar que el hogar se te venga encima.
Domestina, por ejemplo, te permite contratar servicios puntuales o regulares según tus necesidades y presupuesto.
Cómo delegar y automatizar parte de la rutina
A veces, la mejor limpieza es la que no tienes que hacer tú.
- Usa robots aspiradores programables.
- Contrata servicios profesionales periódicamente (limpieza general, ventanas, cocina profunda).
- Crea listas compartidas con tu pareja o compañeros de piso.
- Automatiza recordatorios con apps como Todoist o Google Calendar.
Consejo final: Automatizar o delegar no es un lujo, es una estrategia inteligente para liberar tiempo.
Una rutina semanal bien diseñada no solo te ahorra tiempo, sino que también mejora tu calidad de vida. No hace falta ser obsesivo ni pasar horas limpiando. Solo necesitas constancia, organización y un sistema que funcione para ti.
Recuerda: más importante que limpiar mucho es limpiar poco pero seguido. En menos de 20 minutos al día puedes lograr que tu casa luzca siempre en orden.
¿Y si no tienes tiempo? Nosotros te ayudamos
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Fuentes
Esta guía se apoya en estudios científicos y fuentes oficiales sobre hábitos, bienestar y limpieza del hogar, incluyendo investigaciones publicadas en:
- Saxbe, D. E., & Repetti, R. L. (2010). No place like home: Home tours correlate with daily patterns of mood and cortisol. Personality and Social Psychology Bulletin, 36(1), 71–81. https://doi.org/10.1177/0146167209352864
- United States Environmental Protection Agency (EPA). (2023). Guide to air cleaners in the home (2nd ed.). EPA 402-F-23-001. https://www.epa.gov/indoor-air-quality-iaq/guide-air-cleaners-home
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