La llegada de un bebé transforma el hogar por completo. Más allá de la emoción, los preparativos requieren planificación, orden y, sobre todo, higiene. La limpieza del hogar se convierte en un aspecto prioritario, no solo para ofrecer un entorno agradable, sino también para garantizar la salud del recién nacido, cuyo sistema inmunológico es todavía inmaduro.
Este artículo es una guía completa y práctica para ayudarte a preparar el “nido” antes del gran día. Encontrarás recomendaciones detalladas sobre qué limpiar, cómo hacerlo de forma segura y qué productos evitar. Además, organizamos las tareas por zonas de la casa, incorporando consejos específicos que facilitarán esta importante etapa.
¿Por qué es fundamental limpiar a fondo antes de la llegada del bebé?
Durante el embarazo, especialmente en el tercer trimestre, muchas futuras madres y padres experimentan lo que se conoce como el “instinto de anidación”. Se trata de un impulso natural que lleva a querer ordenar, limpiar y preparar el hogar para la llegada del bebé. Este comportamiento tiene una explicación biológica y emocional: responde al deseo innato de crear un entorno seguro, cómodo y acogedor para el recién nacido.
Desde una perspectiva médica, este impulso cobra aún más sentido. Los bebés, especialmente durante sus primeras semanas de vida, tienen un sistema inmunológico inmaduro, lo que los hace más susceptibles a infecciones, alergias o reacciones ante agentes contaminantes. Por ello, preparar el entorno doméstico mediante una limpieza a fondo no es solo una cuestión estética o simbólica: es una necesidad de salud.
Entre los principales beneficios de una limpieza profunda del hogar previa al parto destacan:
1. Reducción del riesgo de infecciones
Eliminando el polvo, los ácaros, las esporas de moho, los restos de pelo de mascotas y otras partículas irritantes, se reduce significativamente la posibilidad de que el bebé sufra problemas respiratorios, dermatitis o alergias. Esto es especialmente importante si alguno de los miembros del hogar ya tiene antecedentes de asma o sensibilidades respiratorias, ya que la predisposición puede transmitirse.
2. Ambiente más saludable para todos
No solo el bebé se beneficia de un entorno higienizado. Una casa limpia también protege a la madre, que en el posparto puede tener un sistema inmunológico más vulnerable, y a las visitas que seguramente acudirán a conocer al nuevo integrante de la familia. Además, la limpieza favorece la circulación del aire y la eliminación de olores, lo que mejora la sensación general de bienestar.
3. Reducción de agentes tóxicos y productos químicos
Muchos hogares acumulan productos de limpieza agresivos, restos de plaguicidas o residuos invisibles en textiles y superficies. Estos pueden emitir compuestos orgánicos volátiles (COV), potencialmente irritantes o incluso perjudiciales para un recién nacido. Una limpieza profunda consciente permite eliminar estos elementos y reemplazarlos por alternativas más seguras y naturales.
4. Organización funcional y previsora
La limpieza no solo implica higiene, sino también orden. Aprovechar el proceso para despejar espacios, organizar muebles y acondicionar habitaciones facilitará enormemente la vida cotidiana una vez el bebé esté en casa. Tener todo en su sitio —desde pañales hasta mudas o artículos de lactancia— contribuye a una rutina más fluida y sin sobresaltos.
5. Bienestar emocional para los padres
Sentirse preparado reduce el estrés. Un entorno limpio, ordenado y armonioso tiene un impacto directo sobre el estado de ánimo de quienes esperan un bebé. Disminuye la ansiedad, permite enfocarse en el parto y facilita una recuperación más tranquila en el posparto. Además, favorece un ambiente propicio para el descanso, algo que se vuelve escaso durante los primeros meses de crianza.
6. Anticiparse al agotamiento del posparto
Durante las primeras semanas tras el nacimiento, es habitual que el cansancio, la falta de sueño y las nuevas rutinas dificulten tareas básicas como cocinar, limpiar o lavar ropa. Por eso, dejar el hogar lo más preparado posible con antelación no solo es práctico, sino esencial para evitar acumulación de tareas y mantener la armonía familiar.
Productos de limpieza seguros: qué usar y qué evitar
Antes de iniciar cualquier limpieza, es imprescindible revisar los productos que se van a utilizar. Muchos limpiadores convencionales, aunque eficaces, contienen ingredientes que pueden resultar agresivos, irritantes o incluso tóxicos para un recién nacido. Esto incluye sustancias químicas volátiles, fragancias sintéticas y agentes corrosivos que, al entrar en contacto con la piel, el sistema respiratorio o incluso a través del polvo ambiental, pueden afectar la salud del bebé.
¿Por qué prestar atención a los ingredientes?
El sistema inmunológico y respiratorio de los bebés no está completamente desarrollado al nacer. Por esta razón, la exposición a determinados compuestos químicos puede aumentar el riesgo de reacciones alérgicas, irritaciones cutáneas, congestión nasal, broncoespasmos o incluso complicaciones más graves en niños con predisposición a enfermedades respiratorias.
La buena noticia es que no necesitas productos industriales agresivos para mantener un entorno limpio y seguro. Existen alternativas eficaces, económicas y respetuosas tanto con el bebé como con el medio ambiente.
Productos recomendados
Estos productos son seguros y eficaces si se usan correctamente:
- Vinagre blanco: desinfectante natural, elimina bacterias, moho y malos olores. Ideal para superficies, baños y cristales. No debe usarse sobre mármol ni superficies porosas sin diluir.
- Bicarbonato de sodio: perfecto para absorber olores, desatascar desagües, pulir superficies y quitar manchas. Combinado con vinagre, potencia su acción limpiadora.
- Jabón neutro o jabón de Castilla: suave y biodegradable. Sirve para limpiar suelos, juguetes, superficies y ropa del bebé sin dejar residuos irritantes.
- Alcohol isopropílico diluido (mín. al 70%): útil para desinfectar objetos de contacto frecuente como teléfonos, interruptores o manillas, siempre y cuando no estén al alcance del bebé y el área esté bien ventilada.
- Limpiadores ecológicos certificados: elige productos con etiquetas como Ecolabel, USDA Organic, EcoCert o Cradle to Cradle. Asegúrate de que no contengan:
- Amoníaco.
- Cloro.
- Ftalatos.
- Parabenos.
- Formaldehído.
- Fragancias sintéticas.
Estos productos no solo representan una alternativa más segura para el entorno del bebé, sino que también son eficaces y sostenibles si se utilizan correctamente. Apostar por ingredientes naturales o limpiadores ecológicos certificados permite mantener una higiene adecuada sin comprometer la salud del recién nacido ni la del resto de la familia. La clave está en leer bien las etiquetas, aplicar cada producto con moderación y ventilar siempre los espacios. Un hogar limpio no necesita ser agresivo para ser seguro.
Productos a evitar
Aun siendo populares, estos productos pueden dejar residuos nocivos o emitir vapores perjudiciales:
- Lejía (hipoclorito de sodio o cloro) Aunque es un desinfectante potente, puede resultar tóxica si no se enjuaga correctamente. su uso ocasional, bien diluido y en espacios ventilados, puede permitirse, pero no es recomendable como limpiador habitual en zonas donde estará el bebé.
- Amoníaco Sus vapores pueden irritar ojos, vías respiratorias y mucosas. jamás debe mezclarse con otros productos (como lejía), ya que puede generar gases peligrosos.
- Ambientadores en aerosol o automáticos Liberan compuestos orgánicos volátiles (cov) y perfumes sintéticos que alteran la calidad del aire y pueden provocar reacciones respiratorias o alérgicas.
- Productos con fragancias intensas Muchos detergentes, suavizantes y limpiadores incluyen perfumes que permanecen en tejidos y superficies. en recién nacidos, esto puede causar dermatitis, eccemas o congestión nasal.
Aunque estos productos son comunes en muchos hogares, su uso en espacios donde vivirá un recién nacido debe evitarse siempre que sea posible. Los residuos químicos y vapores que liberan pueden afectar la salud del bebé, especialmente a nivel respiratorio y dermatológico. Elegir alternativas más suaves y naturales es una forma sencilla y eficaz de proteger su bienestar desde el primer día. La seguridad comienza con decisiones informadas y conscientes dentro del hogar.
Recomendaciones adicionales
Algunos productos, aunque naturales o ecológicos, pueden seguir generando partículas en el aire o dejar residuos si no se emplean correctamente. Por eso, más allá de qué se usa para limpiar, también importa cómo, cuándo y en qué condiciones se realiza la limpieza. Estas recomendaciones adicionales te ayudarán a minimizar cualquier riesgo asociado y a mantener una higiene segura y responsable en el hogar:
- Ventilación obligatoria Aun cuando uses productos considerados “naturales”, es esencial ventilar bien cada habitación después de limpiar. abre las ventanas y deja circular el aire al menos 15–20 minutos.
- Evita limpiar mientras el bebé está en la habitación Idealmente, realiza las tareas de limpieza en ausencia del bebé, o asegúrate de que el espacio se haya aireado bien antes de que vuelva a estar allí.
- Prueba de tolerancia Si usas un producto nuevo, pruébalo primero en una pequeña zona y observa si deja residuos, fragancias o reacciones cutáneas tras el contacto con la piel (por ejemplo, en prendas de ropa o sábanas).
Implementar estas precauciones simples puede marcar una gran diferencia en la calidad del entorno donde vivirá tu bebé. Ventilar bien, evitar su presencia durante la limpieza y probar nuevos productos con cautela son pasos fundamentales para reducir riesgos innecesarios. La seguridad del hogar no depende solo de los productos que elegimos, sino también de cómo los usamos. Con responsabilidad y atención a los detalles, puedes crear un espacio limpio, saludable y verdaderamente preparado para recibir al nuevo miembro de la familia.
Limpieza por zonas: paso a paso para cada área del hogar

Una forma eficiente y menos abrumadora de preparar el hogar para la llegada del bebé es dividir la limpieza por zonas. Este enfoque permite avanzar progresivamente, detectar prioridades y mantener el control sobre los espacios ya acondicionados.
A continuación, te guiamos por cada zona de la casa con recomendaciones específicas de limpieza, organización y prevención.
Dormitorio del bebé
Este será el espacio más delicado y significativo del hogar. El entorno debe ser limpio, seguro, acogedor y libre de alérgenos.
Qué hacer:
- Limpia paredes, zócalos, marcos de puertas y ventanas con un paño húmedo. Usa productos suaves, sin perfumes.
- Desinfecta la cuna, cambiador, estanterías, baldas y cajones, especialmente si son reutilizados o recién armados. Asegúrate de que no queden astillas, restos de embalaje o productos químicos.
- Lava toda la ropa (bodis, mantitas, sábanas, fundas, baberos, peluches lavables) con detergente hipoalergénico y sin suavizantes.
- Aspira o sacude cortinas, alfombras y cojines. Si no puedes prescindir de estos textiles, asegúrate de que estén limpios y libres de polvo. Lo ideal es usar aspiradora con filtro HEPA, que atrapa partículas microscópicas como ácaros y polen.
- Evita el uso de ambientadores o difusores aromáticos, incluso los “naturales”, ya que pueden alterar la calidad del aire.
Consejo adicional: deja airear la habitación durante unos días antes de usarla, sobre todo si has pintado o armado muebles recientemente.
Habitación de los padres
Durante las primeras semanas, es muy probable que el bebé duerma en esta habitación, especialmente si practicas colecho o lactancia nocturna.
Qué hacer:
- Despeja el espacio de elementos innecesarios: adornos, revistas, cargadores, dispositivos electrónicos… Menos cosas significa menos polvo acumulado y más seguridad.
- Limpia mesillas, lámparas, cabecero y cajones. Utiliza productos no agresivos para evitar vapores residuales.
- Lava la ropa de cama, fundas de almohadas y mantas con detergente suave. Si usas cojines decorativos, lávalos o guárdalos durante los primeros meses.
- Si hay moqueta o alfombra, aspírala a fondo o considera retirarla temporalmente.
Consejo adicional: prepara una caja o canasto con artículos para el cuidado nocturno del bebé: pañales, gasas, toallitas, ropa de cambio, una muselina, etc.
Cocina
Aunque el bebé no consuma comida sólida hasta varios meses después del nacimiento, la cocina debe estar libre de bacterias, moho y residuos, especialmente porque allí prepararás biberones, calentarás leche o esterilizarás utensilios.
Qué hacer:
- Limpia profundamente nevera, microondas, horno y encimeras, prestando atención a zonas de difícil acceso como juntas o gomas.
- Limpia los filtros del extractor y desinfecta las manillas y pomos de armarios con frecuencia.
- Organiza la despensa: elimina productos vencidos, revisa latas abolladas y limpia los estantes con vinagre diluido o jabón neutro.
- Crea un área exclusiva para utensilios del bebé: biberones, tetinas, sacaleches, esterilizadores. Usa cajas o contenedores cerrados para mantener todo libre de polvo.
Consejo adicional: si usas lavavajillas, revisa que no deje residuos o fragancias intensas. Puedes optar por pastillas o geles sin perfume.
Baño
Aunque los primeros baños del bebé se suelen realizar con una bañerita portátil, el baño principal será un espacio de paso frecuente para lavar manos, preparar toallas, almacenar productos de higiene o realizar cambios rápidos.
Qué hacer:
- Desinfecta el inodoro, lavabo, bañera y grifos con productos no corrosivos. Evita mezclar lejía con otros limpiadores.
- Lava alfombrillas, cortinas de baño y toallas, incluso si son nuevas. Usa detergente hipoalergénico.
- Revisa que no haya humedad acumulada, moho ni residuos de jabón en esquinas o juntas.
- Prepara una bandeja o cesto para productos del bebé: champú, jabón, termómetro, toallas especiales, pañales, crema, gasas estériles.
Consejo adicional: instala un cierre de seguridad para los armarios o cajones del baño si guardas productos de limpieza o medicamentos.
Salón y zonas comunes
El bebé pasará mucho tiempo en brazos, en brazos de visitas o sobre alfombrillas de juego. Además, muchos padres terminan descansando o alimentando al bebé en el sofá. Por tanto, debe ser un entorno funcional, limpio y libre de riesgos.
Qué hacer:
- Aspira sofás, sillones, alfombras y cortinas. Considera una limpieza con vapor o contratar un servicio profesional si hay manchas antiguas o presencia de mascotas.
- Limpia muebles bajos, estanterías y mesas auxiliares. Deshazte de adornos frágiles o peligrosos.
- Revisa enchufes, esquinas, cables y tomas eléctricas. Instala protectores si es necesario.
- Evita el uso de velas, inciensos o humidificadores con esencias.
Consejo adicional: prepara una “zona de descanso” con mantas suaves, cojines ergonómicos y una luz tenue, donde puedas alimentar o calmar al bebé cómodamente.
Organización antes de la llegada: consejos prácticos para padres ocupados
Una vez que el hogar ha sido limpiado a fondo, llega el momento de poner orden. Esta etapa no solo es clave para que todo esté accesible y funcional, sino que también reduce el estrés, previene el caos y te permite disfrutar más de los primeros días con tu bebé.
Tener cada cosa en su lugar facilita la rutina diaria y evita perder tiempo buscando artículos necesarios cuando el cansancio es alto y cada minuto cuenta.
A continuación, te compartimos una guía de organización pensada especialmente para quienes disponen de poco tiempo o espacio:
1. Clasifica la ropa del bebé por tallas y temporadas
Los recién nacidos crecen rápido. Tener toda la ropa mezclada puede hacerte perder el control sobre lo que realmente puedes usar en cada etapa.
Cómo hacerlo:
- Separa la ropa por tallas: 0–1 mes, 1–3 meses, 3–6 meses, etc.
- Guarda en bolsas o cajas etiquetadas las tallas que aún no necesita.
- Clasifica también por estación: si nace en otoño, deja a mano ropa de abrigo; si es primavera, prioriza algodón y telas ligeras.
- Coloca las prendas más pequeñas y usadas a diario en los primeros cajones para acceso rápido: bodis, pijamas, calcetines.
Consejo útil: evita colgar todo. Doblar y organizar por compartimentos suele ser más práctico para las prendas pequeñas.
2. Agrupa los productos por categorías (baño, cambio, alimentación…)
Los artículos para bebés se multiplican fácilmente. Para no perder el control ni llenar la casa de cajas sin sentido, lo ideal es organizar por función o “zonas de uso”.
Ejemplos de categorías:
- Baño: esponja natural, champú suave, toalla, cepillo, termómetro de agua, crema hidratante.
- Cambio: pañales, toallitas, crema para rozaduras, gasas, bolsa para desechar pañales, muda de repuesto.
- Alimentación: biberones, escurridor, sacaleches, bolsas para leche materna, baberos, pezoneras, esterilizador.
Usa cajas, bandejas, carritos con ruedas o cestas. De ser posible, coloca cada grupo cerca del lugar donde se va a utilizar (por ejemplo, los productos de cambio en la habitación del bebé o cerca del cambiador).
3. Etiqueta todo: ahorrarás tiempo y energía
Cuando el sueño escasea y las visitas ayudan a cuidar al bebé, contar con un sistema visual facilita las cosas para todos.
Qué etiquetar:
- Cajones con tallas.
- Cajas con ropa por temporada.
- Canastos con artículos de baño o medicina.
- Contenedores de biberones, tetinas o utensilios de limpieza.
Sugerencias:
- Usa etiquetas adhesivas grandes y claras o pizarras pequeñas colgantes si quieres reutilizarlas.
- Si te gusta el estilo minimalista, opta por etiquetas neutras; si prefieres algo visual, puedes usar dibujos o colores por función.
4. Usa organizadores colgantes o verticales
En espacios reducidos, la organización vertical es la clave. Aprovecha puertas, paredes, la parte lateral del cambiador o incluso la cuna.
Ideas prácticas:
- Organizadores colgantes con bolsillos para pañales, cremas y toallitas.
- Estanterías flotantes para libros de primeros meses o cámaras vigilabebés.
- Ganchos para colgar cestas, mochilas o muselinas.
- Carritos auxiliares con ruedas para mover artículos entre habitaciones.
5. Prepara un “kit de emergencia nocturno”
Durante la noche, cada interrupción del sueño puede sentirse el doble de intensa. Por eso, preparar con antelación un pequeño punto de acceso rápido te ahorrará movimientos innecesarios y facilitará las tomas o cambios de pañal nocturnos.
Contenido básico del kit:
- 2–3 pañales.
- Un paquete pequeño de toallitas.
- Crema protectora.
- Muda completa (bodis, pijama, calcetines).
- Babero o toallita.
- Muselina o gasas.
- Linterna pequeña o luz tenue.
Colócalo junto a tu cama, en una canasta o bolso, o dentro de un organizador colgante. Si el bebé duerme en otra habitación, puedes tener un segundo kit junto a la cuna.
Consejo extra para padres prácticos: crea una carpeta o cajita con documentación médica, garantías de productos, instrucciones de dispositivos y recetas o controles médicos. Tener todo a mano evitará búsquedas de último minuto cuando más lo necesitas.
Lista de tareas para delegar (o contratar)
Preparar el hogar para la llegada del bebé puede ser una tarea gratificante, pero también agotadora si se asume sin ayuda. Durante el embarazo, especialmente en el tercer trimestre, el cuerpo necesita descanso, el riesgo de caídas aumenta y ciertos productos de limpieza o esfuerzos físicos prolongados pueden representar un peligro para la madre gestante.
Por eso, una parte fundamental de esta etapa es aprender a delegar. Ya sea en familiares, parejas, amistades cercanas o profesionales especializados, contar con apoyo no solo es recomendable: es responsable.
A continuación, te compartimos una lista clara de tareas que conviene delegar o contratar, ya sea por seguridad, complejidad técnica o eficiencia de tiempo:
Tareas que puedes delegar con tranquilidad
Durante el embarazo, muchas tareas domésticas habituales pueden convertirse en actividades de riesgo, ya sea por el esfuerzo físico que implican o por la exposición a sustancias potencialmente nocivas. Delegar ciertas labores no solo es una forma de cuidarte, sino también de garantizar un entorno limpio y seguro sin comprometer tu bienestar. A continuación, te presentamos una selección de tareas que puedes —y debes— dejar en manos de otras personas o profesionales:
- Limpieza de techos, lámparas y rincones altos subirse a escaleras o bancos es una fuente habitual de accidentes domésticos. Esta tarea, aunque parezca sencilla, representa un riesgo innecesario durante el embarazo.
- Limpieza profunda de alfombras y moquetas con vapor este tipo de limpieza requiere equipos especiales y puede levantar polvo o ácaros que irritan las vías respiratorias. Los servicios profesionales no solo limpian mejor, sino que lo hacen más rápido y sin riesgo.
- Lavado de ventanas exteriores alcanzar cristales altos, manipular mangueras o productos concentrados son acciones que es mejor evitar. Además, hacerlo bien requiere tiempo y precisión.
- Desinfección profesional de colchones, sofás y tapicerías estos elementos suelen acumular bacterias, ácaros, esporas de moho y olores. La limpieza profesional permite una desinfección profunda sin recurrir a productos agresivos.
- Limpieza con ozono o vapor seco (en caso de alergias, mascotas o moho) si hay antecedentes de asma, alergias o convives con mascotas, estos tratamientos pueden ser muy beneficiosos. Sin embargo, deben ser realizados por empresas certificadas y con ventilación adecuada tras su aplicación.
- Pintura, barnizado o retoques de paredes aunque existen pinturas con bajo contenido de COV (compuestos orgánicos volátiles), sigue siendo recomendable evitar la exposición a vapores y solventes durante el embarazo. Además, pintar implica esfuerzo físico sostenido y puede provocar fatiga innecesaria.
Delegar no significa renunciar al control, sino priorizar tu salud y la del bebé en una etapa que requiere energía y atención emocional. Confiar en profesionales o apoyarte en tu entorno cercano te permitirá mantener el hogar en óptimas condiciones sin asumir riesgos innecesarios. Preparar un nido seguro también implica saber cuándo dejar que otros se encarguen.
¿Por qué contratar servicios profesionales?
Contar con ayuda especializada (como la que ofrece Domestina) no es un lujo, sino una inversión en tu bienestar físico y mental. Estos servicios permiten:
- Garantizar una limpieza profunda con productos seguros.
- Ahorrar tiempo y esfuerzo en tareas complejas.
- Liberarte mentalmente para centrarte en lo que realmente importa: el bienestar del bebé y la preparación emocional para su llegada.
- Adaptar la limpieza a necesidades específicas (alergias, mascotas, materiales delicados).
Invertir en ayuda especializada no solo alivia la carga física, sino que también aporta tranquilidad en un momento clave. Delegar la limpieza a profesionales te permite enfocarte en lo esencial: prepararte emocionalmente, cuidar tu salud y recibir al bebé en un entorno seguro, limpio y acogedor. Porque tu bienestar también cuenta, y mereces vivir esta etapa con calma y confianza.
Preparar el hogar: un acto de amor (sin exigirte perfección)
La preparación del hogar antes de la llegada del bebé no es solo una cuestión estética o decorativa. Es, ante todo, una medida de salud, seguridad y confort. Un entorno limpio, ordenado y libre de riesgos ofrece un comienzo sereno tanto para el bebé como para los padres.
Pero recuerda: no se trata de alcanzar la perfección, sino de construir un espacio funcional, amable y práctico. La paternidad ya traerá suficientes desafíos; tu hogar debe convertirse en un aliado, no en una fuente de estrés.
Si te sientes abrumado, pide ayuda. Está bien dejarse ayudar. Tu bienestar también es prioridad.
¿Listo para preparar tu hogar para la llegada del bebé?
Sabemos que la llegada de un bebé implica una mezcla de emoción, nervios, cansancio y muchas tareas por hacer. Y aunque limpiar puede parecer una más en la lista, en realidad es una de las más importantes para garantizar un entorno saludable y seguro desde el primer día.
En Domestina, entendemos lo valioso que es tu tiempo en esta etapa. Por eso, ponemos a tu disposición una red de profesionales de limpieza de confianza, valorados por cientos de familias, que pueden ayudarte a dejar tu casa lista para recibir a tu bebé con toda la tranquilidad que mereces.
¿Qué puedes esperar de nuestros servicios?
- Limpieza profunda adaptada a hogares con recién nacidos.
- Uso de productos seguros o respetuosos con tu elección.
- Posibilidad de elegir el tipo de servicio que necesitas (puntual, por zonas o integral).
- Horarios flexibles y reserva online en pocos minutos.
- Profesionales verificados, con opiniones reales de otros padres.
Haz lo que de verdad importa: prepararte para recibir a tu bebé con calma y sin estrés. Nosotros nos encargamos del resto.
Reserva hoy tu limpieza preparto en Domestina y déjanos ayudarte a preparar tu hogar para este hermoso comienzo.
Fuentes
La información de esta guía se fundamenta en la evidencia científica y en directrices oficiales de organismos internacionales sobre la preparación y el mantenimiento de un hogar seguro y libre de contaminantes para el bebé.
- Centers for Disease Control and Prevention. (2024, April 16). How to clean, sanitize, and store infant feeding items — Frequently asked questions. Centers for Disease Control and Prevention. https://www.cdc.gov/hygiene/faq/index.html
- Centers for Disease Control and Prevention. (2024, August 29). Preventing infectious diseases in early care and education. Centers for Disease Control and Prevention. https://www.cdc.gov/early-care/prevention/index.html
- U.S. Environmental Protection Agency. (2025). Identifying greener cleaning products. U.S. Environmental Protection Agency. https://www.epa.gov/greenerproducts/identifying-greener-cleaning-products
- U.S. Environmental Protection Agency. (2025). Indoor air quality (IAQ): Volatile organic compounds’ impact on indoor air quality. U.S. Environmental Protection Agency. https://www.epa.gov/indoor-air-quality-iaq/volatile-organic-compounds-impact-indoor-air-quality
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